Matan a la ideología sin mancharse las manos

Leo un relato profundo, certero y bien escrito sobre la experiencia política de un chaval. Aquí va mi crítica centrándome sobretodo en la parte mala, o ausente, o intentando complementar. Contesto o complemento yo desde un lado también muy altivo en el fondo, desde un ego gallito que defiende su experiencia y forma de acción favorita. Sus hobbies y sus querencias.

La primera parte esta muy bien, un relato natural y a la vez deconstructivista de unas primeras viviencias sobre lo que es la política de los otros. Política de los otros porque como podeis ver el chico no hace política, el chico tan solo consume y redirije lo que dicen otros, no hace, ni crea un discurso político propio (de lo que habla ahora en realidad es de meta política), tan solo se basa en sus experiencias en las que pasa información de aquí para allá. Algo que también requiere esfuerzo y del de pensar.

En esta exploración que hacemos todos de forma más o menos intencionada, resulta que no todo el mundo llega a menear el asunto en la misma proporción, y por muy listo que se sea, si nunca has hecho un acto concreto de política y siempre te has quedado como pincha discos que luego mete comentarios, pues difícilmente vas a poder entender lo que significa por ejemplo redactar un texto en común que luego será aprobado o no por otro común, o lo que es una asamblea, o lo que significa controlar una comunidad de vecinos, o hacer una mani, o convocar una huelga, o publicar algún texto ilegal desde un sótano y estar preso. La política es la decisión de como hacer las decisiones comunes, y como ganarse el derecho de tomar esa decisión primera.

También importantísmo como actua cada uno con su máscara cuando habla del tema política con respecto a los demás. Esto lo cuenta muy bien hilado y es una conclusión que no mucha gente ha tenido. Pero se queda ahí el autor. No ve más.

Habla del espectáculo, de las chicas, de ver la tele, de estar sordo, de querer molar, de discusiones de política sobre la mesa, son cosas que todos hemos vivido, y muy importantes, pero no menciona el poder, tanto de los que acumulan el poder común contra nuestra voluntad el propio poder de acción de cualquiera aunque el poder de los otros vaya contra el y/o sea más fuerte. No habla de que tener un bando político puede traer beneficios materiales a los que apoyan ese bando, no incluye la política en la realidad, tan solo conoce la política como algo que no tiene relación con la comida, o el medio de transporte, o si hay agua o no donde vive, o como se toman y reparten los impuestos.

Finalmente propone una liberación de las comunicaciones sobre política o «ideas» en general, de nuestros egos sociales en unión necesaria con egos de bandos, el ego de ser profesor, de tener coche, de ser del Atleti, de ser sociólogo o ingeniero. Pero entremedias se deja meter goles como meterse con algunas mujeres que han decidido usar su sensualidad y/o sus tetas para expresarse tetadas y sensuales y de paso hacerlo delante de los que estan POR LA FUERZA y no por la palabra, limitando su sensualidad y a sus tetas o al menos a sus úteros. Con ello llama golfas irrelevantes a otras personas, y las considera inferiores políticamente. Otro golazo que es incapaz de ver llega cuando dice «porque ahora ya no defenderás algo porque sea de izquierdas hacerlo, sino que defenderás algo, sencilla y llanamente, porque tienes razón».

Yo también he pasado por este pensamiento cuando era un niñito de papá, criado por una mamá en mi caso, y veía las discusiones y leía o fingía que leía, y enlazaba las cositas en mi cabeza y hacía mis teorias con las teorias y el rifirafe que veia por ahí. Pero lo que se aprende cuando se sala a la calle, cuando se dá un paso para hacer con los demás. Y la política, si se hace, no puede hacerse sólo, siempre ha de hacerse con los demás.

Se aprende poco a poco, pasando de círculo en círculo, que hay una pelea real, y que además de tener razón, en paralelo se trata de repartirse un pastel, y de repartir, y resulta que también de compartir, y permitir, y luego se aprende que hay que aprender a oir, y dejar un hueco a los demás en las cosas del uno, y que no hay reglas.

El deseo de ser, y por supuesto la necesidad de ser y las necesidades del ser, son superiores a cualquier razón, son más fuertes. Y la razón ha de estructurarse entorno a ellas. Nuestro amigo Hitler tenía razón si lo que uno quiere es lo que el amigo Hitler quiere, o como mucho se puede decir que le salieron al final mal los planes. Y obviamente aquí Hitler es el señor o señora cualquiera, en un momento cualquiera.

Es decir, ha visto muy bien una parte del tinglado, y desde el lado de la comodidad (esto lo compartimos), pero hay un lado de realidad, y normalmente de lucha no-regulada que es necesaria para tumbar una situación estructuralmente peor para partes de la población. Y si me dicen que no hay ninguna situación estructuralmente peor para partes de la población sencillamente por su condición de cuna, entonces da igual que la forma en la que hablamos de política usa más o menos la razón pura. Razón pura por otra parte de la que parece que alguien ha tenido conocimiento.

Publicado el 13/02/2014 en Uncategorized. Añade a favoritos el enlace permanente. 4 comentarios.

  1. Hola Pablo:

    No entiendo muy bien la crítica. En ningún momento he excluido el activismo o la lucha contra los poderes. Solo he denunciado una determinada forma de pensar. No he dicho que no deban existir partidos políticos ni comunidades tomando decisiones. Todo lo contrario.

    Lo único que he reivindicado es un pensamiento más racional y menos prejuicioso en el plano de la política. He defendido que mejor será focalizar nuestros esfuerzos hacia ideales de justicia, verdad, honestidad, generosidad, defensa de la democracia y los derechos humanos, que hacia defender los ideales de un determinado partido, nación o ideología. No he dicho que haya que sentarse cómodamente en el sillón.

    Con respecto a FEMEN, sí que soy crítico. Puedo respetar que, al menos, luchen, se muevan por una causa. Pero creo que no tienen un discurso demasiado poderoso detrás de sus acciones. Como digo, podrían tener razón pero les faltan razones. En la causa feminista respeto mucho más a pensadoras como Helena Cronin o Elisabeth Badinter, grandes intelectuales que intentan influir en la esfera social de un modo muy diferente al mero enseñar las tetas sin decir demasiado.

    • No excluyes el concepto de poder de forma explícita, pero el hecho de que no lo menciones y de que tu conclusión hable de «razón» en lugar de de «deseo» o «necesidad», me indica que no has llegado a comprender que la política toma decisiones sobre cosas reales, sobre te quito a ti para darselo a tal otro. Las decisiones políticas son principalmente de reparto y de entrega de derechos y reglas del juego, reparto que se hace de una determinada manera aquí y de otra allí. Y no existe para determinar este reparto el concepto justicia, ni generosidad. De lo que va es de decidir cuantos impuestos y a quién se les pilla, y luego a quién se les da. El sistema impositivo en época de Isabel II era justo si se ajustaba a las prácticas habituales y las leyes de entonces, y lo mismo ocurre durante el siglo XX o el XXI. La generosidad no puede existir en el sistema de impuestos, puesto que el dinero se le quita a alguien por la fuerza, y se le da a otros. Esos impuestos no son de nadie, no hay un sujeto que pueda ser generoso. El término honestidad prefiero no aplicarlo, no es útil para un sistema político, eso es una evaluación subjetiva de las acciones de un tercero. El término verdad sí me parece relevante, yo lo leo como lo que se dice ahora «transparencia» o como debería llamarse «derecho a acceder a los datos públicos», o «derecho de los ciudadanos a controlar sancionar directamente a los manipuladores de información para que estos no le engañen» (fundamentalmente prensa y a veces funcionarios). Pero este concepto hay que aplicarlo al sistema político en sí, y no al programa de un partido, es decir no son o no deberian ser decisiones que tomasen los políticos, es algo que pertenece a la metapolítica, son leyes que controlan el propio sistema político (en este caso el sistema de información política, de datos) y son leyes que NO deberian estar en manos de los políticos. Los políticos son los que estarán constreñidos por estas leyes que regulan el sistema político. Lo mismo ocurre con los conceptos «democracia» y «derechos humanos». Son cosas que están más allá de lo que debería permitírsele meter mano a los políticos, pues definen el propio sistema político. Por otro lado todos los partidos dicen ser justos, respetar la verdad, ser honestos, democráticos y de los derechos humanos ni hablamos (lo de generosos sí se lo saltan muchos).

    • Para dejártelo más claro. No hablo de la dicotomia «activo o no activo», hablo de sí te las has visto en luchas políticas auténticas en las que veas que pierdes algo, que te quitan, o que no te dan lo básico. Me gustaría que me dieses un ejemplo de una lucha por el poder o entre poderes que te parezca importante. Y ahí háblame del poder, de como modificar al poder.

    • Ah y gracias por tu comentario aquí, por tu artículo y por tu visión Y DESEO de un mundo basado en la verdad. En el no engaño.

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